La tierra es una flor y una mirada
que confunden al poeta,
basta un verso para que cielo y mar
se acaricien con el tesón de los galápagos,
un paisaje de gaviotas
murmure una sonata,
y un molusco sangre en la arena
como un clavel que descansa
en la palma de mi mano.
¿Qué sería del mundo
sin una pizca de poesía?
No le basta al mar la sal y la nostalgia,
necesita la giba de los barcos,
el surtidor de una ballena,
un remolino de delfines
y una nube que chorrée
castillos de arena,
para bailar un vals contigo,
junto a dos neptunos
y una sirena.
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jueves, 5 de mayo de 2011
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