Temuco es una hojita de viento
que a lo lejos oxigena mis pulmones
no importa que en Tigre
me sobre el ábrego
y me mire bailando un tango
en el fantástico teclado
Caminito a Buenos Aires
que respiré día con día.
Hoy inicio el retorno
con una bella ciudad a cuestas
con las Corrientes
de Borges y de Cortázar
y con el paladar lleno de Boca
que me lengüetea dos Belgranos
los ojos de probar
libros y librerías
jinetitos de piedra
y un lugar, La Recoleta,
donde se agolpan la sintaxis
de las formas, la plástica
y las sorpresas
donde un día también
estuvo en cartelera
un nativo texcocano.
Regreso a Temuco
con las palabras sabias
de mi hermano Gregorio
quien me ha recordado
que la Miseria es un blues
y la milonga el tiempo que fluye.
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viernes, 17 de septiembre de 2010
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